Disfrazado con un traje de Super Man elaborado a propósito de esta obra con tejido autóctono de Paraguay -ñandutí y apoi – y apropiándome de las estrategias de marketing de la industria hollywondense, promoví mi opening dentro de la Bienal de Asunción días previos a su realización, visitando todos los espacios expositivos del macro evento, generando una expectativa de una supuesta acción performática.

El día señalado para mi inauguración, vestido de igual modo, los reunidos en el moll Excelsior, lugar programado para la muestra donde había emplazado una escultura de tres metros de alto del propio super héroe; no tenían noción alguna de lo que iba suceder, por lo que solicitarles de improviso dinero para el pago de una merienda en uno de los restaurantes del moll, a un grupo de niños pobres a los que usualmente les era prohibida la entrada, resultó una gran sorpresa para todos.