Chicles sin saliva
2021
Pinturas
Texto de: Luis Manuel Otero Alcántara
Mi infancia transcurrió durante la crisis de mayor escasez que ha experimentado Cuba: el Período Especial.
Niño al fin, cambiarías un bisteck por un chocolate, pero tampoco había carne. Luego empezaron a importar dulces con envolturas y formas coloridas, pero tampoco fue para todos los niños, a la mayoría solo nos tocó coleccionar en un libro (que no sabías ni leer) como tesoros, los envoltorios de aquellos dulces que otros se comían.
¿La mina de nuestros preciados tesoros? La suerte y mirar para el piso de la calle que muchas veces te regalaba el más escandaloso y colorido 'paquete de chocolate', el cual guardabas junto al fantasmal olor de aquel chocolate cuya única probada era olvidar la frase "lo del piso no se come". Un día de mucha suerte tu lengua se sorprendía con una migaja en algún borde del paquete de chocolate.
Cuando tu nariz ya no se llenaba con este paquete, un niño te hacía una oferta tentadora para cambiarte tu tesoro por otra envoltura de plástico, que te traía un nuevo aroma de chicle o de un desconocido dulce.
Este desequilibrado tráfico e intercambio era porque el avaricioso niño tampoco había comido de tu paquete y quería también presumir un nuevo olor de chocolate en el aula.
Estas pinturas son un ejercicio de protesta desde objetos antropologícos de la escasez. Es responsabilidad del sistema que los niños también tengan, dulces, fantasías y que su sueño no sea emigrar.
* Esta serie fue destruída por la Seguridad del Estado (SE) luego de allanar la casa del artista tras la realización del performance Garrote Vil en señal de protesta por la censura de la exposición de la misma. La SE entra en su casa, destruye las obras, secuestra otras y lo detienen. Luego es liberado pero no le devuelven sus obras por lo que comienza una protesta pacífica pidiendo su devolución, acto que concluye en su detención y traslado involuntario al hospital Calixto García.